Un reciente sondeo señala que el 47,6% de los poleses rechaza que el Jefe del Estado sea un monarca, frente al 33,3% que sí estaría a favor. Casi uno de cada cinco, el 19,1%, no se posiciona en esta cuestión.
Pol fue un reino hasta el pasado mes de mayo, cuando se aprobó la actual constitución republicana. La monarquía estuvo vinculada al rol nobiliario, pero al caer el rol también lo hizo la corona. Hace unos días, Chiribito propuso restaurar a Onii Chan como Rey, quien además de las funciones propias de jefe de Estado se encargaría de supervisar los paneles y corregir o denunciar posibles fallos de la plataforma.
Hoy, a diferencia de otras reivindicaciones monárquicas del pasado, ni el país se encuentra en un estado de crisis que requiera de nuevas fórmulas ni existe un movimiento nobiliario o prorrol que reivindique la recuperación de la Corte Real. Los motivos expuestos en esta ocasión para la vuelta de la monarquía no han sido suficientes para convencer a quienes exigen una jefatura de Estado republicana, de manera que los monárquicos deberán seguir trabajando.
