jueves, 27 de enero de 2011

Democracia opresora




El sentido tajante y neutral de la palabra ''democracia'' es, según la RAE, el predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. Ese ''pueblo'' somos todos, y cuando digo todos es todos los hispanos, tanto fascistas como comunistas. Independientemente de la ideología de cada uno ese pueblo tiene unas características comunes que nos hacen ser, Hispania. Somos una noble y leal nación que alcanzó su independencia por las vías democráticas, constituidas en la carta magna de nuestra nación, la constitución. Y es que esta sería la definición básica y lingüistica reconocida de ''democracia''.

Pero, ¿cúal es el sentido ''filosófico'' de la democracia? Según Rosseau, un ejemplo de controversia, la ''democracia'' es el menos ''malo'' de los sistemas de gobierno. Porque para Rosseau todos los sistemas de gobierno que agrupen la sociedad en un orden común e intocable, tienen una cierta autoridad indiscutible. Por ejemplo, la dictadura, es un sistema de gobierno basado en la imposición ''más fuerte'' del orden que unos pocos comparten. En cambio la democracia es la ''imposición'' del orden que unos pocos comparten y otros tantos avalan en las urnas. Por lo que sería el ''menos malo'' de los sistemas de gobierno.

A grandes rasgos filosóficos, pues yo no he estudiado más que lo justo de filosofía, pero en verdad ¿cómo es la democracia concebida entre un término medio de la definición jurídica, la social y la filosófica? Para mí es tan simple, como que la democracia desempeña el sistema de gobierno de ''los derechos y deberes''. Es decir, es el sistema menos malo porque permite la intervención del pueblo en decisiones nacionales, ya sea por referéndum o en las votaciones, delegando nuestro voto en un parlamentario. Pero también sigue esos valores filosóficos de la ''imposición'' porque en el crisol de razas que desempeñamos cabe de todo, pero no vale todo. Esto último no quiere decir que no exista unas leyes básicas que permitan la libertad de expresión de ideas contrarias al orden establecido.

Toda esta parafernalia, no se debe ni más ni menos que en la famosa petulante ley ''en contra del fascismo''. Atención porque es una ley que supuestamente propone la ilegalización de ideologías extremistas que puedan derivar en una dictadura, como sistema de gobierno.

¿Pero todas las ideologías extremistas? No, sólo las de ultraderecha que van en contra de la mayoría laborista que asola el parlamento. Esa ultraderecha, que es una ideología extremista, es tan extremista como ideologías ultraizquierdistas que defienden el comunismo, en su extremo, o el anarquismo.

Alterar el actual orden cívico y moral que deja claro la identidad democrática del pueblo hispano, es coartar las libertades de expresión de todos y cada uno de los hispanos. Así como digo esto, también manifiesto la inexistencia de relación cualquiera entre los extremistas y mi ideología, cuanto menos de izquierdas. Pero ante todo porque me considero democráta y no consiento la ley persa del Talión, creo también en la democracia y en la libertad de expresióon.

Por lo que condeno esta ley que únicamente servirá para la supresión de los derechos de un sector de la sociedad, que tiene derecho para expresarse pero no para alterar el orden constitucional.

Y sólo en base, de una posibilidad de la última, en casos extremos se podría temporalmente alterar el orden constitcional y social para evitar un golpe de estado de los extremistas.

Pero en pleno estado de derecho democrático es impensable el hecho de suprimir y condenar a un sector de la sociedad, que independientemente de su ideología, tiene derecho a la libertad de expresión. El pueblo ha hablado, el gobierno, como siempre no escucha.