El Parlamento, presidido por D. Aioras, ha aprobado sendas reformas completas de la Ley del poder Judicial y el Código Penal. Con ello, se da un paso adelante a la vez que se vuelve atrás en la legislación procesal y penal.
El Código Penal que ha estado vigente durante poco menos de mes y medio, obra de D. Honse, contenía algunos delitos susceptibles de ser calificados como "terror penal", que es la denominación que recibe un Código penal cuando se pasa de duro, tipificando por ejemplo spam dentro del Código. Por otro lado, contenía una escala de delitos según gravedad y unas penas fijas difícilmente adaptables a la situación del reo y del delito y, lo que es peor, mutilaba más de una garantía penal.
La Ley del Poder Judicial sufrió menos las últimos meses, con la excepción de una curiosa reforma del art 36 y el art 37 LPJ que ha sido llevada al Tribunal Supremo parcialmente y que se encuentra visto para sentencia. En él, se establecen más turnos para la defensa que para la acusación, los dos últimos alegatos son ocultos hasta que ambos llegan al juez, quien los publica, y el juez no interviene necesariamente para dar los turnos de palabra.
